jueves, 10 de junio de 2010

Héroes de la Verdad

Por
Astrid Helena Duque
Para nadie es un misterio que el mundo de hoy sufre una grave enfermedad: La indiferencia. El sistema se ha encargado de anestesiar las conciencias de los consumidores, que distraidos tras el ruido y las luces del mundo, han limitado sus horizontes a lo que el tener, poder o placer les puede alcanzar, en otras palabras, a la inmediatez de la existencia. Y es que en nuestros días, plagados del conformismo, la evasión y la superficialidad, valdría la pena que el mundo volviera su mirada atrás y recordara aquellos verdaderos buscadores, héroes de la Verdad. ¿Qué hubiese sido de el ser humano si no hubiesen existido hombres capaces de romper con la estereotipada rutina, y tenido la valentía de un día hacerse la gran pregunta, "por qué"?

Esta sencilla pregunta, conformada por tan solo dos palabras, logró cambiar la historia de la humanidad, cuando en el siglo VI antes de Cristo, algunos cuantos se aventuraron a encontrar una respuesta. Valientes aquellos que se arrriesgaron a romper con el yugo al cual el mito los tenía sometidos, bajo la influencia de creencias y explicaciones convincentes pero no satisfactorias. Y estos valientes se conviertieron en héroes buscadores de la verdad, y no por contar con super poderes, simplemente por lograr esta capacidad de asombro, esa capacidad de observar la realidad y descubrir la necesidad de hallar el motor secreto que dió origen a todo, la causa increada, el comienzo que produjo por misteriosos caminos todo aquello que hoy contemplamos a través de los sentidos. Qué poco común su actitud en nuestros días!

Es claro que para los filosófos presocráticos y aquellos padres de la filosofía antigua, la actividad filosófica era la meta de sus vidas, la manera como por ejemplo los pitagóricos lograban encontrar la armonía y la purificación del alma, ¿pero es que acaso no necesitaremos hoy en día poder también purificar nuestras mentes del inmanentismo y los pensamientos parásitos, en los cuales ocupamos nuestra mente, y que mas que distraernos o ayudarnos a conseguir lo inmediato, nunca nos llevarán a la verdadera felicidad, al conocimiento de la verdad y de nosotros mismos?

"Desocupados" serán para muchos, yo los llamaría héroes, capaces de dar lugar en su pensamiento a lo importante, pues ¿qué puede haber más importante que la comprensión de si mismo, del mundo, del porqué de las cosas? Tal vés el paso del mito al logos no sea lo único que debemos agradecerle a los filósofos pre-socráticos, tal vés debamos volver a esa actitud heróica de buscar respuestas, de no conformarnos tan solo con vivir, con permitir el paso de los días, de preguntarnos el porqué de todo, de arriesgarnos a encontrar respuestas, no porque ellos las hallan encontrado, porque entonces la filosofia habría nacido y muerto con ellos, pero porque emprendieron la búsqueda, plantearon preguntas, rompieron los paradigmas, comenzaron a buscar la verdad.
Me ha resultado sumamente interesante entender con mayor claridad, gracias al estudio de la historia de la Filosofía desde sus inicios, la búsqueda constante que tiene el ser humano por conocer la verdad, y al hacerlo no sólo busca la verdad sobre el mundo, y sus orígenes, sino que también se pregunta acerca de la verdad sobre sí mismo, es una característica que lo identifica como tal y, pienso que en la medida que responda correctamente a esta pregunta fundamental podrá ser feliz y realizarse como persona.
Conocer a los filósofos que se plantearon las preguntas fundamentales de la existencia, no es ninguna pérdida de tiempo, como algunos podrían pensar, buscando encontrar una “utilidad” como se pretende hacerlo, incluso hasta con las personas humanas. A lo cual respondo que esta visión está equivocada, porque sin una reflexión filosófica ante lo que hagamos no podemos tomar la decisión adecuada, las reflexiones de los pensadores que nos precedieron, como Platón y Aristóteles constituyen extraordinarios logros del espíritu humano. Las reflexiones y conclusiones a las que llegaron varios de los filósofos nos permiten aprender de los errores pasados para no volver a cometerlos, de la misma manera como acontece en la historia de la humanidad. Las personas a lo largo de la historia han actuado de acuerdo a los pensamientos o doctrinas que existían, si nos ponemos a pensar en la ideología que estaba detrás del nascimo, podemos concluir inmediatamente que si vuelve a surgir alguien con esas mismas propuestas o planteamientos, ya sabemos a lo que conduce, sabemos de sus peligros y efectos nefastos. Así como también podemos saber que si estamos dispuestos a vivir de acuerdo a la verdad, del mundo y de nosotros mismos, con el esfuerzo constante de adaptar a la realidad a nuestros pensamientos, vamos a ser felices y amar de verdad.


Hna. Ana

Estudiar Filosofía Antigua

Me ha resultado sumamente interesante entender con mayor claridad, gracias al estudio de la historia de la Filosofía desde sus inicios, la búsqueda constante que tiene el ser humano por conocer la verdad, y al hacerlo no sólo busca la verdad sobre el mundo, y sus orígenes, sino que también se pregunta acerca de la verdad sobre sí mismo, es una característica que lo identifica como tal y, pienso que en la medida que responda correctamente a esta pregunta fundamental podrá ser feliz y realizarse como persona.
Conocer a los filósofos que se plantearon las preguntas fundamentales de la existencia, no es ninguna pérdida de tiempo, como algunos podrían pensar, buscando encontrar una “utilidad” como se pretende hacerlo, incluso hasta con las personas humanas. A lo cual respondo que esta visión está equivocada, porque sin una reflexión filosófica ante lo que hagamos no podemos tomar la decisión adecuada, las reflexiones de los pensadores que nos precedieron, como Platón y Aristóteles constituyen extraordinarios logros del espíritu humano. Las reflexiones y conclusiones a las que llegaron varios de los filósofos nos permiten aprender de los errores pasados para no volver a cometerlos, de la misma manera como acontece en la historia de la humanidad. Las personas a lo largo de la historia han actuado de acuerdo a los pensamientos o doctrinas que existían, si nos ponemos a pensar en la ideología que estaba detrás del nascimo, podemos concluir inmediatamente que si vuelve a surgir alguien con esas mismas propuestas o planteamientos, ya sabemos a lo que conduce, sabemos de sus peligros y efectos nefastos. Así como también podemos saber que si estamos dispuestos a vivir de acuerdo a la verdad, del mundo y de nosotros mismos, con el esfuerzo constante de adaptar a la realidad a nuestros pensamientos, vamos a ser felices y amar de verdad.

sábado, 5 de junio de 2010

La filosofía griega en la Jonia

Nadie negará que los griegos legaron un imperecedero tesoro de literatura y arte al mundo entero, así como la reflexión filosófica. Desde el Asia Menor (Jonia), la filosofía griega se fue desarrollando sin interrupción hasta llegar a los dos grandes filósofos: Platón y Aristóteles, que representan el culmen de la filosofía griega. La reflexión filosófica fue un logro de los griegos, fruto de su vigor y lozanía mental, lo mismo que lo fueron su literatura y su arte. Por eso, las posibles influencias no griegas no nos pueden llevar a exagerar la importancia de éstas y a estimar en menos de lo debido la originalidad del espíritu griego, por ejemplo, si la filosofía griega contiene algún pensamiento similar al que aparece en alguna filosofía oriental, no podemos deducir inmediatamente que sea su fuente histórica, después de todo, el entendimiento del hombre es perfectamente capaz de interpretar de modos semejantes las experiencias semejantes, ya se trate del entendimiento de un hindú o del de un griego, y no hay por qué ver en la semejanza de reacciones una prueba irrefutable de dependencia ideológica.

Una vez estabilizada la vida social, pudieron los hombres darse a la reflexión teórica, y durante la infancia de la filosofía lo que primero les ocupó la atención fue la Naturaleza en su conjunto. Desde el punto de vista psicológico, sólo esto podía esperarse.

Esta filosofía, surge como el fruto de una civilización llegada a su madurez, los griegos surgen indiscutiblemente como los primeros pensadores y científicos de Europa. Ellos por primera vez buscaron el saber por lo que en sí vale, y lo buscaron con un espíritu científico libre y sin prejuicios.

El brillante proceso del pensamiento griego tuvo su cuna en Jonia; y si Jonia fue la cuna de la filosofía griega, Mileto lo fue de la filosofía jonia. A los filósofos jonios les impresionó profundamente el hecho del cambio, del nacer y del crecer, de la descomposición y la muerte.

Su percepción del constante proceso del cambio, de la transición de la vida a la muerte y de la muerte a la vida, le ayudó a orientarse, en las personas de los filósofos jonios, a un comienzo de filosofía; pues aquellos hombres vieron que, a pesar de todos los cambios y transiciones, debe de haber algo que permanece. ¿Por qué? Pues porque el cambio es el paso de alguna cosa a alguna otra. Ha de haber algo primordial, algo que persista, que vaya tomando varias formas y que soporte este proceso del cambio.

Por lo tanto tenemos que entender que la filosofía o cosmología jonia es, pues, principalmente, un intento de aclarar qué es ese elemento primitivo o Urstoff de todas las cosas. Unos filósofos se decidían por un elemento y otros por otro. El saber qué elemento eligió cada filósofo para afirmarlo como el Urstoff (así lo leemos en el libro de Copleston de la Historia de la Filosofía) no importa tanto cuanto el hecho mismo de que tuvieron en común esta idea de la unidad.

Los jonios diferían entre sí al describir las características de su respectivo Urstoff, pero todos ellos lo tenían por un ser material: Tales lo identificaba con el agua, Anaxímenes con el aire, Heráclito con el fuego. Aún no se había descubierto la contraposición entre el espíritu y la materia; Ya fuese el agua, el aire o el fuego lo que designaron como el Urstoff, éste ciertamente no aparece como tal materia primigenia, es decir, como el elemento último, fundamental, de todas las cosas.


Hna Ana Velásquez

domingo, 30 de mayo de 2010

LA FUERZA INTERIOR DE SÓCRATES

Beatriz Aguilar

La misma sociedad que admiro en mi aporte anterior, por la igualdad que propugna es la que da a beber la cicuta a Sócrates, allí hay un sistema de corrupción que halla acusaciones donde no existen. De todas maneras encuentro que esta época está llena de riqueza.

Quiero enfocar este tema sobretodo desde la vida cotidiana y mi vida profesional. En cuanto a la vigencia de la filosofía en la vida diaria, el mismo Sócrates tiene la palabra, centrado en la práctica de la virtud: “La prudencia es objeto de estudio, ya sea en las cosas domésticas (para el mejor gobierno de la casa), ya sea en las cosas políticas (para la mayor capacidad política de acción y de palabra”[1].

En mi proceso de formación como misionera consagrada ha sido clave el autoconocimiento para sentar unas buenas bases humanas. Ciertamente el conocimiento debe comenzar desde el interior; el vivir por dentro como decía Miguel Ángel Builes, fundador de nuestra Congregación, constituye la fuerza de los grandes personajes de la historia. El Conócete a ti mismo resonó en el corazón de Sócrates y se reflejó en su vida profunda y en sus claras convicciones.
Sócrates decía que una vida no analizada no vale la pena ser vivida, y bien sabemos, como educadoras, que la evaluación, la autocrítica, son claves en la vida personal y comunitaria al trabajar con un grupo de estudiantes.

Para mí, Sócrates con la mayéutica, constituye un gran aporte pedagógico como futura docente y en este momento como acompañante de un grupo de jovencitas. Este Filósofo buscó cercanía con la juventud y tuvo una gran acogida, les enseñó a pensar, a ser críticos, primero de sí mismos y luego del entorno y de las diferentes situaciones que encontraban. Impulsó la búsqueda de la verdad, el amor por la verdad y el aprecio por la virtud.

En un mundo fraccionado por la problemática social y económica, una pluriculturalidad mal manejada, intolerancia a flor de piel, Sócrates tiene un mensaje válido al proponer el diálogo como camino de construcción y de-construcción, sabiendo que el primer trabajo es personal e interior. “cambiar yo para que cambie el mundo” reza la filosofía popular oriental.

Sócrates, pertenece a una historia lejana, pero tiene un mensaje siempre actual, miremos la situación de la juventud de nuestros ambientes y sintamos esa sed de interioridad que viven en lo más profundo de ellos mismos. Es una buena ocasión para evaluar nuestro ser de educadores y responsables del presente y del futuro, a través de las jóvenes generaciones, así ratificamos que “la misión de la filosofía es despertar conciencias”[2] Para Sócrates, la filosofía es una misión, no una función de momento.

Por un lado, la muerte de Sócrates nos habla de honestidad, de dignidad, de ser consecuente con sus principios, cuando le propusieron huir él aceptó en paz la muerte, ya había cumplido su misión y su misma muerte seguiría generando vida. La vida de Sócrates nos reta a ser artífices de la vida, a ayudar a los jóvenes, especialmente, a descubrir la gran riqueza que llevan dentro, a ser gestores de su propio progreso poniendo en escena sus talentos, sus dones, sus valores juveniles, a “dar a luz a las ideas”.

Este “partero” nos interpela hoy:
¿Asumimos con responsabilidad y compromiso con los jóvenes y la sociedad nuestro ser de educadores?
¿Estamos despertando la conciencia, su sentido crítico y cultivo de valores?
¿Nuestra manera de aprender a aprender, les ayuda a conocerse mejor, analizar su propia vida?
¿Enseñamos una filosofía aplicable a la vida?

[1] Documento FUCN
[2] Ibid

domingo, 23 de mayo de 2010

LA VERDADERA GRANDEZA DE GRECIA

Beatriz Aguilar



Nada ha sido por azar en la historia de estos pueblos. Desde la Civilización Micénica, luego la invasión de los Aqueos y la creación de una nueva civilización, después la caída en manos de los Dorios y en todo este proceso, la manera como se consolidaron como civilización por los lazos de una lengua común y de la religión que no estaba sentada en prescripciones morales, y no es la moral, la razón de ser del análisis filosófico; sin embargo hay que considerar que los más grandes pensadores en la historia han sido gente de disciplina.

La filosofía, partiendo de Grecia, es muy interesante, viven valores que hoy bien quisiéramos tenerlos vigentes , “el gobierno expresaba el horizonte público donde los derechos de todos tuvieran posibilidad de realización”.[1]

Con esta Grecia floreciente asistimos a un tiempo de vida nueva, de ideales, de entusiasmo, de creatividad, de realización. Una época que demanda de la humanidad el ejercicio de sus potencialidades intelectuales y espirituales, mantener las neuronas despiertas.

Valoro la aparición de los Sofistas, vista la experiencia de su ser de errantes, sus horizontes eran más amplios y los habilitaba para hacer confrontaciones desde las múltiples experiencias en otras culturas. Entiendo que su interés se centraba más en la forma del discurso, en el que se escuchara bien, más no en el decir bien, dejando de lado muchas veces la verdad.

En los dos milenios que lleva el cristianismo hemos visto hombres y mujeres que al encontrarse con una frase del Evangelio han dado un vuelco a su vida. Desde estas experiencias entiendo la de Sócrates en el oráculo de Delfos y la famosa frase que hizo muy suya: Conócete a ti mismo.
Sócrates, Platón y Aristóteles son, por así decirlo, el orgullo de la filosofía griega, los grandes pilares de la filosofía universal y es un gran honor tener la oportunidad de reflexionar un poco sobre sus ideas. Estos son los personajes que encaminan a la filosofía por las rutas acertadas conocimiento occidental.

Sócrates nos enseña que la filosofía es una forma de vida, con la mayéutica interpela, sacude, ayuda a reconocer la propia ignorancia y como tal a profundizar y adquirir nuevos conocimientos. Este gran filósofo influyó notablemente en Platón quien toma el diálogo socrático como punto de partida para sus reflexiones.

[1] Documentos FUCN

jueves, 20 de mayo de 2010

UN NUEVO ENFOQUE

Beatriz Aguilar Ordóñez


“Ciudad cultural” no es un título de cortesía; es verdad que el ambiente natural colabora, pero sobre todo parte del recurso humano, son sus gentes quienes corroboran con sus producciones este calificativo.

Se dice que la ciudad cultural de Colombia es Bogotá, otros dicen que Medellín o quizá Ibagué; en México Xalapa, otros que Guadalajara; Trujillo en Perú y Loja en Ecuador. Si revisamos un poco la historia y la realidad cultural actual de estas ciudades podemos darnos cuenta que la música, la escultura, la pintura, la literatura, la poesía se ha desarrollado con vigor, además de poseer fuentes en las que la arqueología, la antropología y la historia se recrean.

Sabemos que Grecia es valorada como cuna de la cultura, pues bien, cuando buscamos el origen de la filosofía griega no hay nada que especular, existe un origen conocido y concreto: Jonia, en las costas de Asia Menor en el siglo VI antes de Cristo, cuya capital cultural sería en aquel tiempo la ciudad de Mileto, en ella sobresalen tres figuras que nos van siendo familiares: Tales, Anaximandro y Anaxímenes.

¿De dónde sacaba este pueblo la capacidad de reaccionar de un modo diferente frente a la existencia en todas sus formas? ¿De dónde salía ese no conformismo? Los artículos encontrados sobre los Jónicos coinciden en la apertura, capacidad de asombro, observación, realismo, aventajados por las relaciones con otros pueblos y civilizaciones avanzadas. La realidad misma formaba gente con capacidad de desenvolverse en las actividades de navegantes y mercantiles.

Los griegos de Jonia empezaron a hacerse preguntas hasta entonces no acostumbradas… Aristóteles, refiriéndose a ellos, dice que buscaron la arjé de las cosas; traduzcamos: "el principio las cosas", donde lo temporal de la palabra principio se transforma en lo que constituye las cosas, lo que hace que las cosas sean lo que son”1.

Estos tres filósofos pertenecieron a tres generaciones sucesivas, siendo Tales el primero, Anaximandro, su discípulo y Anaxímenes discípulo de éste. A la sucesión generacional, le secundó la sucesión de conocimientos, bases sobre las cuales seguían construyendo sus teorías naturales, plasmando en cada una su sello original convertido en un gran aporte para el progreso del conocimiento de la época.


¿Dónde radica la grandeza de los jónicos si otros pueblos también tenían teorías propias? Además de estas teorías, concretamente las orientales poseían solidez intelectual y filosófica dentro del ambiente en el que se movían. Leyendo diferentes fuentes he llegado a la conclusión que la diferencia radica en la continuidad del proceso en la cultura griega, a los jónicos y al resto de los presocráticos les sucedieron teorías cada vez más claras, densas y concisas que tomaron fuerza con la presencia de Sócrates, lo que no sucedió en otros pueblos.


Para cerrar este espacio de reflexión resalto dos palabras que permanecen como telón de fondo en la filosofía presocrática: arjes y movimiento, el primero es el origen de todo, el deseo de encontrar la razón de ser de todo lo que existe, por eso para Tales descubre en el agua, el origen y la esencia de todo, en la teoría de Anaximandro el arjé era el Ápeiron y Anexímenes el aire. Hay una pregunta latente en estas teorías: el porqué de las cosas.


El movimiento para los griegos difiere de nuestra concepción, se refiere más a cambio, cambio de las cosas, transformaciones que nuevamente provocan interrogantes sobre el sentido de las cosas. “Para explicar el movimiento, Aristóteles decía que las substancias estaban compuestas de potencia y acto. Todo ser es en acto, ya que la pura potencia no existe. Es en acto, en cuanto ya es real y efectivamente”2 .



miércoles, 19 de mayo de 2010

UNIDAD II - EL PENSAMIENTO PRESOCRÁTICO - Por : Marleny Lorenzo


Qué opinión te merece el tema tratado.


Fue interesante ondear sobre el origen del Pensamiento Presocrático y los filósofos de la Naturaleza.


Analizar que Grecia fue un lugar donde la filosofía tomo fuerza; el gran interés de descubrir el origen del cosmos, como cada filósofo según los estudios realizados da su punto de vista.


Es larga y compleja la historia de la filosofía. Iniciada en Grecia elevada a su perfección por Platón y Aristóteles.


Hay una continuidad y coherencia en la historia de la filosofía, que hace que los verdaderos filósofos se entiendan, aunque cada uno tenga que formular el problema a su manera propia, desde su punto de vista personal, que no excluye forzosamente los otros, porque las perspectivas reales son muchas y complementarias.


Entonces se puede decir que la filosofía es el descubrimiento de un horizonte de preguntas ineludibles. Volverse de espaldas a ellas es renunciar a ver, aceptar una ceguera parcial, contentarse con lo penúltimo, en conclusión la filosofía es un incalculable enriquecimiento del mundo

lunes, 17 de mayo de 2010

PASO DEL MITO AL LOGOS POR ALEXANDER ALBERTO VELASQUEZ CUADROS.

Se suele decir que el inicio de la filosofía radica en el paso del mito al logos, es decir, en el paso de explicaciones o respuestas tradicionales y arbitrarias a explicaciones lógicas y racionales. Los griegos protagonistas de este paso o salto fundaron lo que llamamos filosofía; ahora bien, ¿este paso se dio una vez por todas o, al contrario, constantemente tenemos que repetirlo?

Los mitos son relatos fabulosos que explican o dan respuesta a interrogantes o cuestiones importantes para los humanos; en segundo lugar, los mitos son relatos que pretenden dar modelos de actuación. Los mitos se imponen como relatos llenos de autoridad pero sin justificación; se apela, emotivamente, a que las cosas siempre han sido así. Los mitos griegos, por ejemplo, explican cómo se hizo el mundo, como fue creado el primer hombre y la primera mujer, como se obtuvo el fuego, como apareció el mal en el mundo, qué hay tras la muerte,…; al mismo tiempo, las actuaciones extraordinarias de los personajes míticos son un ejemplo o pauta a seguir. Los griegos disponían de gran número de mitos; nosotros, también. Disponemos de mitos que cumplen tanto la función explicativa como la función ejemplificadora.

En Grecia, en el siglo VI antes de Cristo, unos hombres emprendedores, los primeros filósofos, empezaron a cuestionarse tanto las explicaciones que daban los mitos como las pautas de conducta que ofrecían. Eran unos hombres a quien los atraía hacerse preguntas, que notaban incoherencias en los relatos míticos de su entorno, que constataban relatos diferentes en pueblos diferentes. Estos hombres, dominados por una plural curiosidad y por una actitud crítica, son los que protagonizaron lo que se conoce como milagro griego: el paso del mito al logos. Para ellos, este paso significaba desconfiar de las imaginativas narraciones o explicaciones populares y, con una mirada nueva, observar y analizar la naturaleza, intentando descubrir en ella las causas de los acontecimientos; por ello, en vez de hablar de divinidades empezaron a en inventar conceptos. Con los mitos, el mundo era caótico y arbitrario: nada estaba sometido a leyes naturales fijas; con la visión racional del mundo, éste deviene ordenado y regido por unas leyes estables y fijas que se pueden descubrir.

Este paso fundacional de la filosofía, acontecido en Grecia y explicable por una confluencia de factores, no es algo «natural» y definitivamente adquirido, es un paso que tiene que realizar toda persona que quiera mantener una actitud despierta e investigadora.

Cuando un niño de seis o siete años comienza a descubrir incoherencias y contradicciones en el encantador mundo de los Reyes Magos, entonces comienza a revivir una experiencia parecido a la de los primeros filósofos. Aquello que el niño había creído durante toda su vida es ahora asediado con multitud de preguntas; el proceso de superación de su mito será conflictivo y aleccionador. El abandono o pérdida del agradable relato de los Reyes Magos y la aceptación de que éstos son los padres será, probablemente, su primer paso del mito al logos. Si el niño o niña, ya adulto, mantiene su inquietud original, revivirá nuevos episodios de este paso; niño y niñas se hallan cerca de la genuina actitud filosófica.

El doble mito de Prometeo y Pandora es un mito clásico de ayer que explica el origen de la humanidad y la aparición del mal al mundo. Prometeo, benefactor de la humanidad, comprueba que los animales estaban más armónicamente provistos que los hombres —desnudos, descalzos y desarmados—; a fin de equiparlos mejor robó a Zeus el fuego, recurso que hace posible la habilidad técnica, y lo dio a los humanos; de este modo, adquirirían las artes útiles a la vida. Pero Zeus, temiendo que éstos llegaran a ser demasiado fuertes y sabios, se enfureció por el don que Prometeo les había otorgado y, a cambio, creó un alegre regalo portador de desgracias. El regalo era Pandora, la primera mujer; a Pandora le fue dada una jarra llena de males, los males que afligen la vida de los hombres.

Ciertamente, los mitos tienen poder explicativo. Constituyen el inicio de un proceso intelectual. Prometeo y Pandora pueden simbolizar las dos caras de la situación humana: el bueno y positivo que todos tenemos y las inevitables contrariedades que nos acompañan. El mito, creado en una sociedad de creciente machismo, puso en la mujer el origen del mal; obviamente, el progreso intelectual llevará a cuestionarse esta explicación interesada.
Pero con los mitos y con sus indicaciones —constataban los primeros filósofos— los barcos se hundían, siendo la navegación insegura. En los mitos clásicos a menudo se expresan, con bellas palabras, profundas intuiciones; pero incluyen pluralidad de elementos irracionales que los primeros filósofos querían identificar y separar de su actividad.

La nunca satisfecha curiosidad de los primeros filósofos, su constante hacerse preguntas, su actitud crítica, sus dudas frente a las explicaciones oficiales, etc. condujo a buscar explicaciones o respuestas argumentadas y abiertas al debate. La propia palabra filosofía, utilizada para designar la actividad de estos griegos, significaba y significa «afán o anhelo de saber», no posesión de saber o conocimiento: eran suficientemente conscientes de la dificultad de expresar la última palabra sobre temas como: ¿qué es el ser humano?, ¿de dónde proviene el mal presente al mundo?, ¿cuál es el principio o cuál es causa de toda la realidad?

¿Mitos, hoy? Nuestro mundo también nos ofrece relatos míticos, es decir, explicaciones arbitrarias que quieren imponerse apelando no a las dimensiones intelectuales de la persona, sino sólo a las dimensiones emotivas. ¿No son relatos míticos, por ejemplo, los spots publicitarios que nos dicen qué merece la pena, qué se debe hacer, qué es lo que tiene sentido? Si uno no despierta su logos puede creer que si adquiere este nuevo producto enunciado probará una mágica libertad, una eterna belleza.

Uno de los mitos frecuentes de nuestra sociedad es el relato que sobre la ciencia nos transmiten los medios de comunicación: la ciencia aparece como un conocimiento objetivo y definitivo capaz de liberar los humanos de sus sufrimientos y de abrir las puertas de la felicidad. Ahora bien, quién conoce la trayectoria de diferentes ramas de la actividad científica sabe suficientemente bien que no es esta la grandeza de la ciencia; son muchos los científicos conscientes de los límites de la ciencia, de su provisionalidad, de la imposibilidad de crear una teoría definitiva y de eliminar la duda. Pero pese a la inseguridad y al espíritu crítico latente en el corazón de la actividad científica, los medios de comunicación la mitifican contradictoriamente: se proclama que nuestra sociedad está dominada por la ciencia y, simultáneamente, las noticias] científicas son transmitidas de un modo nada científico. Si uno no despierta su logos, se mantendrá en la perspectiva mítica de la ciencia que conviene a diferentes poderes.

Desde la filosofía también podemos hablar de otro mito actual: el mito de la opinión pública. ¿A qué realidad se hace referencia cuando se habla —y se hace muy a menudo— de opinión pública? La opinión pública tiende a presentarse como la voz del pueblo, una voz sacralizada y llena de autoridad. Pero, ¿cómo y quién detecta esta opinión pública mitificada?, ¿por qué se insiste tanto en ella? En esta cuestión, como en otras parecidas, el paso del mito al logos pasa por descubrir que la opinión pública es la interesada opinión de aquéllos que tienen poder para hacer pública su opinión.

Como ya hemos visto, la actividad de los hombres que por primera vez pasaron de explicaciones míticas a explicaciones racionales, se ha llamado filosofía o «anhelo de saber»; pero otra palabra muy significativa podía haberse impuesto: aletheia, que quiere decir «des-cubrir» aquello que está escondido, «des-velar», «desenmascarar». Unas actividades que realizaron los griegos y que han realizado, en mayor o menor medida, los filósofos de todos los tiempos.

Entendemos que con el paso del Mito al Logos*, el ser humano, logró construir una sociedad basada en el pensamiento científico. Pasamos en este sentido, del saber mítico al saber teórico. Es así, que la razón del ser humano, se convierte en la base fundamental para explicar el mundo y construir dicho mundo. El pensamiento científico, trajo como resultado, un renacimiento que se vino a expresar en nuevas ideas y en el renacer de las ciencias. Con ello, se produce más adelante, una Revolución Industrial, y hoy, nos encontramos, con un mercado de la informática, comúnmente conocido como Mercado del conocimiento.

Pero me pregunto: ¿El ser humano ha logrado realmente su ansiada libertad e igualdad con todas estas cosas que nos sigue proponiendo el pensamiento científico?
Desafortunadamente, la respuesta es negativa, ya que ha ocurrido todo lo contrario, porque hasta el día de hoy, los que siempre han ostentado el poder, se siguen valiendo de la ignorancia y explotación del ser humano mismo. Existe así, el imperio de la razón de una minoría, por encima de la gran mayoría que carece de los recursos y medios de producción, y peor aún, sin posibilidades de tener la libertad de pensar. Son los poderosos que saben y determinan los destinos de los llamados países subdesarrollados, que cada vez más, se hunden en la miseria e ignorancia.

La tal democracia, ayer como hoy, ha resultado ser una realidad para una élite, y para el resto, un simple espejismo.

El mercado como tal, en sus diferentes formas, también, ha sido creado con la idea de satisfacer las necesidades de los grandes imperios económicos capitalistas.
El pensamiento racional, ha producido una irracionalidad nunca antes vista, como es el hecho de construir una integración desintegradora. Si no, cómo se explica, que de los seis mil millones de habitantes que somos a nivel mundial, las riquezas, medios de producción, recursos, están en unas cuantas pocas familias, que perfectamente se pueden contar con los dedos de las manos. Otra situación alarmante, es que el llamado pensamiento racional, ha terminado con todas aquellas utopías con sentido social. La tal llamada «civilización», está por destruir a la misma «civilización».

La cita siguiente expresada por el científico social Cristovam Buarque refleja la problemática planteada: «A diferencia de lo que se imaginaba, las técnicas no eliminaron el hambre, la ignorancia o la pobreza. En algunos aspectos, el final del siglo presenta un cuadro social más trágico que hace cien años. En muchos aspectos, la humanidad retrocedió desde el punto de vista de su marcha hacia la utopía: el hambre dejó de ser provisorio, la violencia dejó de ser esporádica.»

En conclusión el cambio de mentalidad que supone el paso del mito al logos fue obra de filósofos científicos, no de míticas religiosos. Los primeros filósofos (los filósofos de la naturaleza) renunciaron a las explicaciones míticas, por considerarlas absurdas y sin fundamento y emprendieron la búsqueda de las explicaciones racionales.


De las cosmogonias y los mitos a la filosofía por Gloria Patricia Gutiérrez Rincón.

Todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas nos hemos preguntado: ¿de donde vinimos?, y es de este cuestionamiento…de donde partimos para poder dar respuesta a los otros miles de interrogantes que surgen con el pasar de los días. Podríamos fácilmente hacernos al lado de alguna postura ya existente tal como la que propone la religión o la ciencia, o simplemente, encontrar nuestra propia visión del mundo. Y la filosofía al buscar constantemente la verdad, es una parte importante en nuestro afán por descubrir de donde provenimos. Un ejemplo de ello es la filosofía antigua, la cuál tiene como premisa que todos existimos gracias a la voluntad de los dioses.
El mito también hace parte importante de nuestro afán por descubrir de donde venimos. Este ha estado presente desde tiempos inmemorables, los cuales se han ido transmitiendo a través de la historia. De igual modo, los primeros mitos hacían referencia al poder de los dioses y su influencia en nuestras vidas; sin embargo, no olvidan la importancia del hombre como un factor determinante en las relaciones entre los de su especie.

Responder al origen de la vida, es plantearnos un primer interrogante ¿Qué es la vida? Podemos llamar vida a todo ser, que se encuentra en movimiento. Éste ser no es algo anterior o ajeno a la vida, es la VIDA MISMA, por lo tanto dirige la materia. Desde una visión tomista e incluso aristotélica se podría decir que es el principio vital que se identifica con el alma, viendo en ella la forma substancial del ser (de la materia, del viviente). El cual, naturalmente, se encuentra siempre en potencia.

Llegar a este análisis parte desde el concepto que al inicio de todo es un caos, muchas veces sin comprender de dónde surge todo aquello que vemos. Los presocráticos, tratando de explicar este caos y dar una armonía se valieron de una búsqueda intensa de poder conocer un principio que fuese el origen de todo. A esto se añade que se puede conocer de su principio y origen concuerdan en un SER, un agente externo, sobrenatural e infinito que no se puede explicar, pero que en si mismo es superior a otro ser y que está en constante movimiento, Por ejemplo: Heráclito propone el fuego como principio y origen de todo, Anaxímedes propone el aire, Pitágoras el numero par e impar, entre otros.

Partiendo de lo anterior, considero que La filosofía en nuestro mundo actual sirve para desmitologizar las ciencias. Estamos viviendo una época en la cual la ciencia se erige como diosa sobre toda la realidad humana, pero evadimos ciertos pensamientos sobre la trascendencia de la vida humana, su razón de ser, el objetivo de la vida. Estas cosas no son resueltas en los laboratorios todopoderosos, sino que la filosofía nos permite hallar respuestas, o al menos tratar de encontrarlas.

viernes, 14 de mayo de 2010

EMERGENCIA DE UNA NUEVA REFLEXIÓN... Beatriz Marianela Aguilar

MI OPINÓN SOBRE EL TEMA

Todos los hombres tienden por naturaleza a saber, nos dice Aristóteles, es bueno tener en cuenta esta afirmación para entender en parte la sed de conocimiento acentuada en determinadas épocas de la historia. Es verdad, todos tendemos a saber, pero en la historia ha habido personas que se han caracterizado por su fuerza de voluntad para perseverar, apertura a la novedad, capacidad de asombro a flor de piel y en el tema que nos ocupa, liderazgo filosófico. Estas son características propias de la cultura griega en el despertar del amor a la sabiduría.

Con el pensamiento presocrático asistimos al “paso del mito al pensamiento racional”, pues todo es proceso en la humanidad, conocimientos que se consolidan y clarifican con el pasar del tiempo. La religión no es un impedimento para la filosofía, sino que la enriquece al permitir otros enfoques, así lo vemos en la filosofía escolástica con sus máximos exponentes: Santo Tomás de Aquino y Agustín de Hipona, claro que si queremos sostener nuestro desacuerdo con la religión, tenemos a Nietzche, Sartre y Marx. Volviendo a la filosofía presocrática, se dice que “a partir del momento que la filosofía se laiciza, es cuando logra enraizar los elementos de su quehacer”. Pienso que no es la religión sino la tergiversación de su mensaje lo que ha podido frenar el desarrollo de la filosofía. Aquí retomo lo que dice un profesor de la Universidad de Navarra en España: “Recordemos que detrás de muchos de los más grandes avances científicos hubo personas religiosas como Copérnico, Newton, Lemaître y el mismo Galileo, que no mezclaron su fe en sus realizaciones como científicos. También hubo y los hay, científicos de otras religiones y ateos, y cada uno expone la verdad científica desde su propia perspectiva”.

Ciertamente el mundo griego en esta época vive un tiempo de transición positivo dentro de la filosofía favorecido por su manera de concebir, no a Dios, sino a los dioses; de vivir la religión sin separarla de la vida. La libertad de de culto, por así decirlo, fue otro factor importante, puesto que en el mundo occidental había muchas cosas que purificar dentro de la religión monoteísta y difícilmente habrían aceptado las teorías emergentes de Grecia. Quizá en esa época se vivía una religión de miedo, hablando del cristianismo, y bien sabemos que el miedo impide pensar. Desde este punto de vista es razonable que la filosofía por laicizarse haya dado valiosos giros.

El tema que predomina es sobre todo cosmológico, los filósofos emiten sus teorías acerca de todo lo que les rodea, utilizando elementos físicos que fundamentan sus hipótesis sobre el origen del mundo: aire, fuego, aire. Es interesante distinguir los periodos de la filosofía y sobretodo su evolución y progreso. Se habla de Jonia como un lugar privilegiado de cultura, de donde provienen tres grandes filósofos: Anaximandro, Anexímenes y Tales quienes dan la primacía al logos.

martes, 11 de mayo de 2010

DE LAS COSMOGONIAS Y LOS MITOS A LA FILOSOFIA... POR ALEXÁNDER ALBERTO VELÁSQUEZ CUADROS.

El estudio que hacemos de las cosmogonías y los mitos no se hace solo con un interés netamente histórico, sino que nos da la entrada para entender el presente. Nos permite comprender no solo el momento actual sino todo el recorrido de nuestra vida para tener una identidad, y entender que el proceso de la humanidad viene de un pasado remoto y que se dirige hacia un futuro desconocido.

En este proceso el cosmos y los mitos juegan un papel muy importante, ya que nos permiten dilucidar acerca de la vida y las demás cuestiones filosóficas tradicionales (a donde vamos… quiénes somos….).

En la antigüedad los mitos fueron leyendas o relatos que se transmitieron por generaciones para ofrecer respuestas sobre el origen del universo y del hombre, relacionándolos con dioses y mensajeros que actuaban a nombre de éstos. A diferencia de la ciencia que explica los hechos sujetos al rigor de conocimiento racional, exacto y verificable.
Los mitos ofrecieron a las distintas culturas una visión integradora del mundo, al facilitar su percepción de los fenómenos que le parecían extraños a una creencia colectiva que dio origen a los que los acompañaron y proporcionaron la seguridad psicológica para la construcción de una identidad para la vida en comunidad.

Actualmente las teorías científicas proporcionan al imaginario popular los elementos para la descripción del origen del universo y lo que hay en él; orígenes que anteriormente eran explicados solo a través de la cosmogonía presente en las diferentes religiones.
Es de gran importancia tener claro que en la educación las cosmogonías tienen los siguientes fines:

- Conocer los relatos míticos sobre el origen del universo, para poder formar nuestras propias concepciones y postulados.
- Apropiarnos de que fueron creadas por circunstancias de los pueblos y que nos permite entender el papel social y político que desempeñaron.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cosmogonía y los Mitos de la Filosofía. De Marleny Lorenzo

Opinión del tema tratado.




Es interesante como el hombre poco a poco ha realizado este gran proceso de ir descubriendo y buscando significado en cada acontecimiento, en cada cultura, en cada tiempo, espacio y época.

El hombre siempre ha estado en esa búsqueda del mas allá, buscando su propio yo (el hombre) el origen de cada cosa (el cosmos) las respuestas de su propias preguntas.

La filosofía es entonces la actividad más natural del hombre y necesaria para la vida: La admiración: inicio de la filosofía. "Todo hombre es filósofo

La historia de la filosofía y la historia de los hombres no son dos sendas paralelas, sino que forman parte de una única y misma realidad: la Humanidad

Acercarnos a la filosofía es acercarnos a nuestro corazón, a nuestros más profundos anhelos, a la verdadera meta de la Vida.Toda esta concepción del mundo tiene una enorme importancia práctica, pues de ella depende la actitud del hombre frente a la realidad que le rodea y sirve de guía para la acción



Qué otro enfoque o ampliación


Después de estudiar y analizar el tema, pensé en el campo educativo con nuestros jóvenes que hoy en día; la pereza de pensar, investigan, analizar es sorprendente en muchos colegios, se quedan con lo que les piden o les dicen.

Pienso que la calidad de la educación ha sido un tema de larga discusión de parte de los filósofos.


Filosofía y la Educación


Es muy importante despertar el sentido crítico, porque "el alumno crítico será luego una persona libre, capaz de desenmascarar las ideologías y de hacer frente a las estructuras y los mecanismos sociales de opresión". La criticidad debe desinstalar la cotidianidad. La autenticidad permite el desarrollo del sentido crítico.


Es agradable ver como a lo largo de los años, las palabras que describían la vida y hazañas de muchos personajes y figuras históricas se han diluido. Muchos de aquellos que lucharon por un mundo diferente, un mundo alternativo en el sentido de que las diferencias sociales tan abismales que hoy día existen no fueran tales, han sido borrados del mapa. Muy poco se habla de ellos en las escuelas, se tergiversa su mensaje, sus hazañas; también es importante ver hoy en día quienes controlan los contenidos y establecen que conocimientos han de ser aprendidos en el sistema educativo.

Cuando reflexiono sobre mi labor en el aula es posible identificar diferentes estilos a la hora de llevar adelante la práctica de la enseñanza. A menudo me inspira la eficiencia, otras veces la contención. Es preciso saber el por qué y para qué se está realizando lo que se realiza. Y esto también ha de tenerlo claro el niño. Ciertamente será beneficioso que conozca el objetivo, de manera que pueda reconocer personalmente cuando ha logrado lo que de él se espera. Esto tiene que ver con la reciprocidad: que ambos tengan claro el objetivo que persiguen. Si bien es cierto que la transformación de la práctica pedagógica del docente depende en gran medida de su capacitación y de su cambio actitudinal, también se deben asegurar ciertas condiciones materiales mínimas en las escuelas, tales como una infraestructura adecuada, la presencia de textos y de otros materiales didácticos. Pero los indicadores para estimar los cambios en las prácticas seguirán recayendo sobre la acción del docente. Esa es la gran tarea que tenemos como docente es enseñarles a nuestros estudiantes a pensar, tener un pensamiento crítico y creativo ante esta sociedad.