jueves, 10 de junio de 2010

Héroes de la Verdad

Por
Astrid Helena Duque
Para nadie es un misterio que el mundo de hoy sufre una grave enfermedad: La indiferencia. El sistema se ha encargado de anestesiar las conciencias de los consumidores, que distraidos tras el ruido y las luces del mundo, han limitado sus horizontes a lo que el tener, poder o placer les puede alcanzar, en otras palabras, a la inmediatez de la existencia. Y es que en nuestros días, plagados del conformismo, la evasión y la superficialidad, valdría la pena que el mundo volviera su mirada atrás y recordara aquellos verdaderos buscadores, héroes de la Verdad. ¿Qué hubiese sido de el ser humano si no hubiesen existido hombres capaces de romper con la estereotipada rutina, y tenido la valentía de un día hacerse la gran pregunta, "por qué"?

Esta sencilla pregunta, conformada por tan solo dos palabras, logró cambiar la historia de la humanidad, cuando en el siglo VI antes de Cristo, algunos cuantos se aventuraron a encontrar una respuesta. Valientes aquellos que se arrriesgaron a romper con el yugo al cual el mito los tenía sometidos, bajo la influencia de creencias y explicaciones convincentes pero no satisfactorias. Y estos valientes se conviertieron en héroes buscadores de la verdad, y no por contar con super poderes, simplemente por lograr esta capacidad de asombro, esa capacidad de observar la realidad y descubrir la necesidad de hallar el motor secreto que dió origen a todo, la causa increada, el comienzo que produjo por misteriosos caminos todo aquello que hoy contemplamos a través de los sentidos. Qué poco común su actitud en nuestros días!

Es claro que para los filosófos presocráticos y aquellos padres de la filosofía antigua, la actividad filosófica era la meta de sus vidas, la manera como por ejemplo los pitagóricos lograban encontrar la armonía y la purificación del alma, ¿pero es que acaso no necesitaremos hoy en día poder también purificar nuestras mentes del inmanentismo y los pensamientos parásitos, en los cuales ocupamos nuestra mente, y que mas que distraernos o ayudarnos a conseguir lo inmediato, nunca nos llevarán a la verdadera felicidad, al conocimiento de la verdad y de nosotros mismos?

"Desocupados" serán para muchos, yo los llamaría héroes, capaces de dar lugar en su pensamiento a lo importante, pues ¿qué puede haber más importante que la comprensión de si mismo, del mundo, del porqué de las cosas? Tal vés el paso del mito al logos no sea lo único que debemos agradecerle a los filósofos pre-socráticos, tal vés debamos volver a esa actitud heróica de buscar respuestas, de no conformarnos tan solo con vivir, con permitir el paso de los días, de preguntarnos el porqué de todo, de arriesgarnos a encontrar respuestas, no porque ellos las hallan encontrado, porque entonces la filosofia habría nacido y muerto con ellos, pero porque emprendieron la búsqueda, plantearon preguntas, rompieron los paradigmas, comenzaron a buscar la verdad.

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